sábado, 18 de diciembre de 2010

JEKYLL Y HYDE. UNO BUENO MUY BUENO Y EL OTRO MALO MUY MALO.

Así serían las dos personas que según Harry Jekyll llevamos dentro.


(El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Spencer Tracy, Ingrid Bergman, Lana Turner. 1941)

Viendo ultimamente dos versiones cinematográficas de la novela de Robert Louis Stevenson el extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, he comprendido que los intereses del doctor Harry Jekyll eran perfectamente nobles en su planteamiento.

Si dentro del mismo hombre conviven dos seres completamente diferentes, uno orientado a la bondad y el otro a la maldad, él buscaba la separación de los mismos para que el hombre bueno pudiera realizarse dentro de sus ideales y consiguiera los mayores objetivos de bondad sin el lastre que el hombre malo le supone.


( El hombre y el monstruo. Rouben Mamoulian. 1931)


Por otra parte, el hombre malo, al ser consciente de su maldad y verla con total claridad se orientaría inmediatamente a la búsqueda del bien. O sea que también se convertiría en un hombre bueno.

Dicho y hecho el buen Harry Jekyll se entrega a la investigación para conseguir la pócima que conseguiría estos efectos. En la novela, esta pócima se consigue pero por diversas circunstancias el experimento no resulta como el científico lo había pensado.

Como en la vida real ocurre de manera habitual, Stevenson hace morir al científico transgresor del statu quo aceptado sin llegar a poder comprobar su teoría hacia la bondad expresada al comienzo.

Hoy resulta simple el planteamiento de Stevenson pero todavía esta fábula sigue viva en el imaginario colectivo como representación clara de la dualidad de la voluntad humana que puede dirigirse hacia la bondad y  la maldad de la forma más caprichosa.

Así nos va!